Las intersecciones de las calles Huérfanos con Amunátegui y de Carmen con Curicó, en Santiago Centro, concentran el mayor número de delitos cometidos por “motochorros”, según indicó el último estudio realizado por el OS9 de Carabineros.
La información aparecida en El Mercurio, que también consigna que es una de las conclusiones a las que arribó el análisis del departamento especializado al revisar los partes policiales de enero a septiembre de este año.
También determinaron los horarios de mayor comisión. Entre las 12:00 y 14:00 horas ocurre un 17,2% de los ilícitos; mientras que entre las 22:00 y 00:00 horas, el 13%.
Durante los primeros nueve meses de 2018 se registraron 748 denuncias y, de ellas, 192 corresponden a Santiago, lo que representa el 25,6% del país.
La publicación destaca que se trata de un delito importado, que está presente “en países como Brasil, República Dominicana, Colombia y Argentina”, donde fue bautizado como “motochorro”, ya que se “combina la palabra Moto y Chorro (ladrón)”.
El jefe del OS-9 de Carabineros, coronel Francisco Villarroel, explica que este fenómeno de los “motochorros” llegó al país hace tres o cuatro años y que los primeros delitos eran “robos a la salida de los bancos. Ahí surgió la primera alerta”.
Los “motochorros” están dedicados en Chile al “lanzazo”, robo con violencia o robo por sorpresa, subraya el coronel, detallando: “Donde la persona va descuidada, hablando por teléfono, distraída, y pasa el sujeto en la moto y se lo sustrae”.
Dice además que los victimarios “buscan lugares donde puedan usar la moto, subir a la vereda, pasar por el lado de la víctima y sustraerle billeteras, cadenas y celulares sin bajarse de la moto. Luego van contra el tránsito y se pierden de inmediato”. Incluso, en un solo robo delincuentes sustrajeron $40 millones a la víctima.
Carabineros identificó distintas particularidades nacionales del delito: los robos se cometen principalmente en entidades bancarias, estacionamientos, semáforos y lugares de alta congestión.
“Se emplean armas de fuego, de puño y armas blancas para intimidar a las víctimas”, consigna el mismo estudio.
La tasa de detenciones es baja, de un 4,7% (15), porque -advierte el análisis- la mayoría de las víctimas “por el nerviosismo” no identifica el modelo y marca de las motos, menos al asaltante: el casco impide su identificación, dice el coronel Villarroel.
A eso se suma, apunta, que “los sujetos en la medida que avanzan en la moto se sacan las prendas de vestir y las van tirando o guardando en mochilas”.
El perfil de los “motochorros”
Tienen menos de treinta años, actúan en grupo y buscan especies de fácil reducción. Según Carabineros, quienes usan este modo delictual, que consiste en abordar a las víctimas y escapar en una moto, se ubican preferentemente en lugares cercanos a los bancos.
Hace casi dos años Carabineros detectó una inédita forma de asaltar a transeúntes: en una moto, dos personas seguían por unos minutos a una persona, a quien luego abordaban violentamente y quitaban sus pertenencias.
A los segundos, huían en el mismo vehículo. Este tipo de asaltantes, solo habían sido registrados en el extranjero y bajo el nombre de “mochorros”.
Hace unos días, un nuevo episodio ocurrió en la calle Carmen con Curicó, en Santiago Centro.
Este, culminó con la muerte del sargento 1° Raúl Alfredo Yáñez Muñoz, quien impactó de frente con un vehículo durante la persecución de los implicados que aún no han sido detenidos. “Este es un delito no es propio de nuestro país, es un modus operandi que se importó.
Al hacer un análisis logramos determinar que se encuentran principalmente en Argentina y otros países de Sudamérica”, explicó la teniente del OS-9 de Carabineros, Javiera García.
En esa línea, la uniformada continuó: “En su mayoría han sido hombres jóvenes, de un rango etario que no supera los 30 años. Buscan especies que son de rápida reducción, como teléfonos, billeteras, joyas; cosas que en definitiva sean fácil de transportar y no molesten para el escape”.
Además, indicó que la mayoría de los aprehendidos son de nacional extranjera quienes están regulando su situación migratoria. También, que operan en todas las comunas de Santiago, pero no sin antes constatar que el lugar escogido cuente con una rápida salida a calles que les permitan conducir a alta velocidad. En cuanto su detención, explicó, no hay una tendencia clara.
Han sido atrapados en flagrancia, como también tras investigaciones mediante análisis criminal. “Siempre este tipo de delincuentes actúa en bandas, nunca solos. En las motos -algunas debidamente registradas y otras con encargo por robo- suelen ir dos: uno que asalta y otro que espera con el vehículo encendido, mientras que además hay otros involucrados que se preocupan de hacer vigilancia en el sector”.
La policía también precisó que, si bien estos actos han acaparado la atención pública, “son hechos aislados” dentro de los robos con violencia o intimidación. También, afirmó que es algo propio de la delincuencia el ir modificando las formas con la que se opera para adaptarse a las condiciones que se se presenten. Así, los “motochorros” pasaron a llamarse “motoclocks” en el sector oriente de la capital, ya que buscaban en centros comerciales a personas que usaran relojes de de marcas de lujo, especialmente Rolex.
Luego, los seguían e intimidaban con armas de fuego. Ahora, la atención de la policía está puesta en un nuevo foco, el cual consiste en esperar a las víctimas a la salida de sucursales bancarias. “Estos casos demandan mayor análisis criminal y una investigación de largo aliento”, concluyó.
Fuente: Emol.com