Según un estudio realizado anualmente por la compañía Global Partners, un 8,4% de los trabajadores mineros da resultado positivo en consumo de alcohol y/o drogas al interior de las faenas mineras. Esto, a pesar que el Reglamento de Seguridad Minera incorpora una serie de obligaciones en cuanto a prevención y control de este tipo de consumo.
La normativa vigente señala que “está estrictamente prohibido introducir alcohol o drogas a la faena minera, o presentarse a trabajar bajo su influencia. El responsable de la faena podrá hacer pesquisar esta condición por personal competente, y la negativa del afectado dará motivo a su expulsión inmediata del recinto de trabajo, pudiendo solicitarse, si fuera necesario, el auxilio de la fuerza pública”.
Un 8,4% de casos positivos en alcohol y drogas en el sector minero es una cifra importante, no es un número simbólico, sino la principal causa de muchos accidentes graves y muertes que ocurren en las minas.
La minería, el sector productivo más relevante de la economía nacional, pierde cada año $4.000 millones por accidentes laborales (cifra del Instituto de Seguridad del Trabajador) y, al ser periciados, un 29,4% de ellos arroja positivo en consumo de alcohol y/o drogas (dato proporcionado por la Achs), por lo que es un tema relevante para las compañías, por los costos directos e indirectos involucrados.
El dinero que pierden las empresas no sólo se debe al accidente en sí; el consumo de alcohol y drogas al interior de las faenas implica también pérdidas por aumento del ausentismo laboral y los retrasos, por empeoramiento de las relaciones entre trabajadores y con los superiores, por la disminución de la productividad, e incluso, en casos extremos, por robos de material de la empresa para el financiamiento de la adicción, etc.
Cifras de la Achs indican que la sustancia ilegal de mayor prevalencia de consumo sigue siendo, por lejos, la marihuana.
Global Partners puede ayudar en este ámbito mediante la implementación del Programa Drug Free WorkPlace, que incluye capacitación a los trabajadores para la prevención del consumo y testeo de drogas.
Los estudios indican que los casos positivos en empresas bajan de un 10% a un 5% entre aquellas compañías que no realizan controles y las que ejecutan testeos, y a un 0,8% en las que implementan este tipo de programas.
Frente a la preocupante situación, varias empresas privadas y públicas, así como las autoridades de gobierno desarrollan iniciativas para combatir el flagelo que por años destruye a cientos de familias.
Calama, además de ser una zona de grandes riquezas mineras y de un paisaje natural muy especial, es también un lugar donde el abuso en el consumo de drogas y alcohol afecta a cientos de familias de la Provincia El Loa.
Este flagelo crece con el paso de los años y se ve reflejado en las alarmantes cifras nacionales de consumo y la suma de tristes accidentes fatales asociados.
Por ejemplo, según el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) realizado en el país, un 7% de la población ha consumido marihuana en el último año, a diferencia de la investigación anterior, que dio un 5,3%.
Lamentablemente, estos problemas van de la mano de muchos riesgos y situaciones negativas que aquejan a menores de edad, a trabajadores y sus familias: como violencia intrafamiliar, delincuencia, sobre endeudamiento, accidentes laborales, enfermedades físicas y mentales, y en ocasiones la muerte.
Actualmente, nadie está libre de caer en esta problemática, la cual asecha a nuestras familias. Muchas veces, para sortear un mal momento, dificultades con la familia, con amigos o en sus trabajos, las personas buscan salidas de este tipo. Debido a la falta de comunicación con sus padres, a la ausencia de lugares recreativos saludables o la mala influencia de amigos o conocidos, los jóvenes deciden probar e ingerir drogas, afectando sus vidas para siempre.
Otro estudio y resultados negativos
Una investigación de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) indicó que la población de trabajadores mineros (que están centrados mayoritariamente en la Provincia de El Loa), también registran problemas con el consumo de drogas y alcohol. Los operadores mineros afirman que el último año, un 4,7 % han consumido alguna droga ilegal, en el estudio de 2017, en comparación con un 2,1 % de 2016. Entre aquellos que han consumido alguna droga ilegal en su vida, un 94,7 % fumó marihuana y un 27 % cocaína. Con el alcohol la situación fue similar. Los “bebedores con problemas”, en el 2016, fueron del orden del 31,7%, mientras que el 2017 aumentó a un 47%.
Estos resultados nos muestran un grave problema. Detrás de trabajadores drogadictos o alcohólicos existen familias que esperan por ellos cada día. Su consumo perjudica su bienestar personal, su vida familiar y su desempeño laboral. Si un operador minero trabaja bajo estas influencias, pone en riesgo su vida y la de sus compañeros.
Las autoridades de la región y las empresas mineras, públicas y privadas, están trabajando en estos temas. Un ejemplo es Codelco Norte. Desde el año pasado, el Departamento de Calidad de Vida de la División comenzó la aplicación estricta de la Política de Alcohol, Droga y Tabaco (PADT), cuyos objetivos son prevenir, ayudar y atacar la drogadicción y el alcoholismo, aún en los casos leves.
Fuente: Emol